Puede parecer una pregunta banal, un tópico, un descubrimiento, un enigma.
Exactamente lo que parezca, ya determina una realidad diferente para cada persona que se la plantea.
Pero esta realidad, ¿como la determinamos?, ¿como la definimos?, ¿por lo que vemos, oimos, tocamos, olemos, saboreamos?.
¿ Por lo que sentimos ?, ¿ por lo que soñamos ?, ¿ por lo que deseamos ?.
Quizá son demasiadas preguntas. Seguramente todos nos las hemos hecho alguna vez, o todos los días. Lo que realmente va a determinar desde que coordenadas nos las hacemos, es la respuesta que cada uno haya encontrado. Y seguramente, esa respuesta de cada uno pueda determinar a su vez, cual es su realidad en ese momento.
Vamos a intentar profundizar un poco más e iremos descubriendo, como esa realidad de cada uno, puede percibirse de forma diferente, según los parámetros en los que nos basemos.
Si nos basamos en lo que captamos con los cinco sentidos, ¿ no queda muy limitada esa realidad ?.
Si nos basamos en lo que sentimos, ¿ no queda demasiado indeterminada en base al estado de ánimo en el que estemos en ese momento ?.
Para los que han soñado algo en concreto. ¿ ha sido ese sueño realidad?.
¿ Pueden nuestros pensamientos influir en la realidad que nos rodea ?.
Dejo aquí unas cuantas preguntas. Quiero que sea un blog participativo, abierto a todos a los que nos apasionan las preguntas y las respuestas.
No es más que el comienzo. Nada nuevo por otro lado. Con muchas respuestas y un solo camino, con muchos caminos y una sola respuesta. Todo depende......

Simplemente...darte la enhorabuena por este espacio que has creado. Bieeeeeennn!!!!
ResponderEliminarMe honra ser la primera persona que escribe aquí, porque estoy segura de que me sucederán muuuchos ;)
En cuanto a tu pregunta, pienso que la realidad cambia en cada momento, asi, la realidad de este instante será diferente de la de mañana. Yo, a la realidad la veo como un escenario que va cambiando, escena tras escena. Y que es muy diferente de la Verdad, la Verdad no cambia, así, algo puede ser muy real percibiendolo con nuestros escasos sentidos, pero ser una auténtica mentira. Y por el contrario algo que no forma parte de nuestra realidad y por lo tanto (por no poder verlo, tocarlo, sentirlo o comprobarlo con nuestros sentidos)nos negamos a creer, sí que sea parte de la autentica Verdad.
Uff ya sabés, no me gusta demasiado escribir comentarios, pero lo prometido es deuda.
TKM.
Cierto es que te publiqué la entrada pero no la respuesta.
ResponderEliminarPero esas respuestas son realmente las que iremos buscando a lo largo de este camino recién iniciado. Jamás acabado. Aquí no hay pasado, ni presente, ni futuro. Sobre el tiempo como dimensión, también hablaremos.
YT
Mi realidad? Lo único que tengo real es el amor que siento a mis seres queridos, con los que rio, lloro, sufro, y me emociono, con ellos.
ResponderEliminartodo lo material es, efímero.
Por supuesto que el aspecto material es efímero. No solo efímero, es banal para la evolución del alma.
ResponderEliminarSi en cambio, centras en el amor tu realidad, ya estás construyendo una realidad, no solo satisfactoria para vivir en armonía, sino contribuyendo a la evolución de tu alma a acercarse a esos niveles superiores de entendimiento y comprensión de su propósito.
Quien centra sus esfuerzos en acaparar todo lo que puede a nivel material, no solo desperdicia una vida para su constante evolución, sino que esa codicia nunca se colma, la frustración es constante, la falta de amor, la insatisfacción y la soledad intentará suplirlas con más y más materialismo que lo único que le darán es más y más frustración, insatisfacción y falta de amor. El grado extremo le llevará a intentar comprar el amor, la amistad. Y eso vuelve a desembocar en frustración. El materialismo es el peor de los obstáculos para la evolución del alma, te hace vivir, disfrazado de apariencia externa, sumido en tu propia cárcel interior de la que no solo no puedes escapar, sino que te niegas a reconocerla y enfrentarte a ella. Por eso proyectas siempre la ira que ello te provoca hacia los demás. Y nunca se puede uno escapar de uno mismo.