Nos pasamos, años,
algunos quizá
toda la vida... Buscando... Buscando siempre en el
exterior esa chispa, esa energía, ese algo que
permita llenar nuestros vacíos...
Porque hemos aprendido a que hay que vivir
en plenitud. Pero que es la plenitud sino un vacío
de ti mismo? Porque solo desde un vacío
puedes volver a llenar.
Aprendemos a cubrir los vacíos físicos teniendo, poseyendo todo lo que se ofrece en el exterior.
Aprendemos a cubrir los vacíos emocionales, teniendo pareja, amigos, hijos, pero lo aprendemos
desde la posesión, sin comprender que nada nos pertenece.
Aprendemos a cubrir los vacíos mentales apegados al pasado y preocupados por el futuro sin ocuparnos del presente, sin permitirnos vivir el aquí y el ahora que es el único momento en el
podemos sentir plenamente.
Intentamos conseguir prestigio, admiración, aceptación desde la apariencia externa, sin comprender que eres tu el
primero que lo tienes que tener hacia ti, sin la necesidad de que otros lo
hagan.
Algunos encuentran el camino hacia la
espiritualidad y se elevan de si mismos sin saber que toda búsqueda de luz te aleja de ti mismo porque el mero hecho de estar
encarnado conlleva sus sombras, porque somos duales y no hay alegría sin haber experimentado la tristeza, ni amor sin experimentar
temor.
Pretendemos tomar conciencia sin ser
conscientes de nuestra realidad, de nuestras sombras,
"eso es de otros", decimos, o
"así
yo ya no soy", es nuestra manera de
justificarnos, sin darnos cuenta que también
es una manera de renegar de nosotros mismos, porque eso de lo que renegamos,
también lo somos. Y en un momento de nuestra vida, nos sirvió para poder experimentarnos, porque para eso estamos aquí.
Somos un ser, un ser que se manifiesta desde
el campo físico, emocional, mental y espiritual.
La alineación
de esos cuatro campos en cada una de nuestras acciones, nos permitirá vivir cada experiencia desde un equilibrio, esa experiencia es
cada uno de los momentos que vivimos.
Todo desde un dar y recibir, todo para
nutrir y nutrirnos en cada uno de nuestros campos.
Y así sea nuestra vida. Eso somos.
La plenitud, no es estar llenos, la plenitud
es la capacidad que tenemos para vaciar, para soltar, aquellas cosas sin caer en el apego, o
aquellas formas, de nosotros que ya no nos sirven desde una conciencia que va evolucionando,
sin avergonzarnos, ni culparnos de ninguna de ellas porque en su momento
nosotros éramos así, y esa forma de nosotros también
ha contribuido a que seamos quienes hoy somos.
Mira tu vida, porque ese eres tu. Si no te
gusta no busques culpables, solo tu lo has creado, esa es tu realidad. Puedes
tomar dos caminos, el de la queja que te permite culpar a los demás y entrar en el victimismo. O en el de asumir que solo tu eres
responsable de todo aquello que te acontece.
Podemos mirar el exterior para culpar, para
enjuiciar, para competir. O incluso desde el punto de vista espiritual de
muchas corrientes para entregar todo nuestro poder.
O podemos agradecer ese externo, para vernos
en él, con el espejo de los demás,
qué
me dicen de mi, qué tipo de energía atraigo, y siempre, por poco que nos guste, desde la gratitud
por habernos mostrado esas partes de uno mismo, que a veces no somos capaces de
vernos. Porque solo desde ahí, puede comenzar el auténtico trabajo
personal.
Entrar en tu interior y llegar a lo que
consideramos sombras, es la única manera de transformarlas, y la conexión con tu espíritu, no es otra cosa que encontrar ese agujero negro después de interiorizar, que te catapulta desde su centro hacia esa otra
realidad de ti mismo pero ya en un grado más
elevado porque llegas desde la aceptación
y desde la comprensión de que tu alma ha puesto ante ti todas las experiencias que te
han venido, para poder "vivirte" en ellas desde los cuatro campos, y
así
poder elevar ese grado de conciencia, que no es otra
cosa que tomar consciencia de tu aquí y ahora y vivirte
desde ahí.
Es todo mucho más
sencillo de lo que casi siempre nos lo queremos complicar desde la razón. Porque desde la razón, es el Ego quien
se defiende, quien se cree que es el único
protagonista de su existencia. El que busca dogmas y creencias como coartada
para consigo mismo. Para creerse lo que desde su interior, sabe que así no es, aunque consiga engañar
a todo su entorno.
La vida es una gran avenida de espejos.
Todo reflejo que nos encontramos a través de los demás, me está
hablando de mi. Aunque no me guste. La persona te
trae esa información. Está
en ti el saber agradecer la información verte y si no te gusta tratar de transformarlo. Ante la persona
que te trae esa información, simplemente gratitud. Nunca juicio, ni enfrentamiento, es
precisamente gracias a quien puedes conseguir tu propia maestría. Si te siguen apareciendo personas que te siguen reflejando lo
mismo y te sigue sin gustar, lo que te están
diciendo es que esa sombra que crees transformada no es así, tendrás que entrar mas adentro para ver que es lo que no quieres ver.
Siempre hay que bucear lo mas profundo de tus aguas internas para encontrar
sombras que tras otras mas superficiales esconden partes tuyas que has sabido
enmascarar a lo largo de tu vida. Ese es el trabajo continuo personal.
Será ya tu ley de atracción la que atraiga
personas y situaciones que te van a indicar en que nivel de conciencia estás, en qué
frecuencia y vibración
te mueves. Por eso ante todo reflejo que te muestren impera la gratitud. Es
desde ahí
desde donde sacarás
tu maestría. Es el camino desde el soy yo hacia el yo soy.
Desde hace más de 4 años estudio, #PsicologiaTranspersonal en la Escuela de Arte Terapéutico Inmaculada Izquierdo, Un lugar para aprender a re-cordarte, porque el alma "sabe" para que estamos, y quienes somos. Solo tenemos que recordarlo.
Y no es el estudio, ni la teoría, sino como dice mi querida amiga, mi querida maestra +Inmaculada Izquierdo, es la práctica, es decir sí a cada experiencia que se te presenta, comprendiendo el para que de dicha experiencia. Mostrándote con tu propia vida. Viviéndote a cada instante.
Gracias Inmaculada. Ahí seguimos, ahí seguiremos.
Desde hace más de 4 años estudio, #PsicologiaTranspersonal en la Escuela de Arte Terapéutico Inmaculada Izquierdo, Un lugar para aprender a re-cordarte, porque el alma "sabe" para que estamos, y quienes somos. Solo tenemos que recordarlo.
Y no es el estudio, ni la teoría, sino como dice mi querida amiga, mi querida maestra +Inmaculada Izquierdo, es la práctica, es decir sí a cada experiencia que se te presenta, comprendiendo el para que de dicha experiencia. Mostrándote con tu propia vida. Viviéndote a cada instante.
Gracias Inmaculada. Ahí seguimos, ahí seguiremos.