Es amor. Es esperanza. Es fe. Es alegría. Es principio de Redención. Es una etapa de nuestra historia de Salvación. Es encuentro con Cristo, Niño. Es conversión y renovación. Es paz interior. Es vida nueva. Es camino que se abre para el tiempo y para la eternidad. Es verdad que se alimenta del Amor. Es vida que fructifica y madura, sin dejar de nacer siempre. No es necesario ser creyente. Este poema mantiene un mensaje transpersonal que al márgen de las creencias es perfectamente aplicable a cada uno de nosotros. Que cada uno encuentre a su niño interior es nuestro mensaje de deseo para el año 2012. Felices Fiestas.
“Es posible vivir el propósito de vida en la Tierra”. (Inmaculada Izquierdo)