Cuando a finales de los años 70, leí "Tus zonas erróneas" del Dr. Wayne W. Dyer, recuerdo que fue una especie de reencuentro conmigo mismo.
"Tus zonas erróneas", me contaba algo que ya sentía, así como muchos otros libros con los que he sintonizado. Personalmente creo que cuando damos con libros, películas, situaciones o vivencias concretas, que te "dicen algo", no son sino caminos que se te van mostrando en un momento causal. Si hacéis un repaso en vuestras vidas y recordáis cuando y como llegasteis a encontraros con una de estas situaciones o un libro que haya significado algo para vosotros, encontraréis la causalidad de ese momento o circunstancia.
Si por el contrario buscáis esos libros muchos de ellos denominados de autoayuda, porque buscáis una ayuda externa a problemas determinados, seguramente os encontraréis con algún esperpento al que querréis tomar como dogma y lo único que os puede provocar es un caos interno aún mayor del que tenéis en el momento de esa búsqueda. Porque normalmente el que busca no encuentra, y el que realmente encuentra lo hace en un momento en que en una apertura de su alma, el Universo le muestra una de esas causalidades que desde el Ego denominamos casualidades.
¿A donde quiero llegar con esto?. Pues simplemente a poder explicaros, que en un momento de cambio como el actual, cuando desde todos los puntos del Universo se está generando una apertura de conciencia, y que la misma Naturaleza nos habla cada día; el auténtico cambio se comienza a generar desde uno mismo. Pero desde la aceptación incluso del propio Ego que nos frena a mirarnos y nos mantiene continuamente tratando de aparentar, de proyectar hacia los demás incluso nuestras propias carencias, de ese intento de fingir felicidad, haciendo creer que somos felices, de ese valor caduco de creer que se nos valora por lo que tenemos más que por lo que somos. En definitiva, de tantas y tantas capas que nos entierran nuestra alma, porque así nos lo han enseñado desde que éramos pequeños.
Estamos en pleno cambio. En los años 70, después del psicoanálisis, la psicología cognitiva y la conductiva, se hablaba de la psicología humanista como el 4º paradigma. No estamos hablando ahora de este tipo de cambio, estamos hablando de un cambio de paradigma hacia la 4ª dimensión, una dimensión en la que todos los viejos conceptos dejan de tener validez, conceptos centrados en dar prioridad a nuestro Ego para la búsqueda de la felicidad sin saber que la felicidad es un estado, no una meta. Que la plenitud no se encuentra en la riqueza material, ni en ser el mejor, ni siquiera en unas normas morales impuestas bajo el miedo y la culpa. Sino en una expansión de conciencia basada en el amor, y que ese amor además debe empezar por uno mismo. Y para ello, has de traspasar a tu propio Ego y enfrentarte a tus sombras.
Desde la humildad, el respeto y la gratitud. Con un amor incondicional.
tiempo, el Sol nunca le
ha dicho a la Tierra
estas en deuda
conmigo.
Ve lo que sucede con un
amor como ese, que
ilumina todo el cielo”.
-Hafiz
Poeta Persa
Esta película es un regalo. Gracias Dr. Wayne W. Dyer, y gracias a quien me la ha hecho llegar.
Es una propuesta para volver a descubrir nuestro verdadero yo, el propósito de nuestra alma, el sentido de nuestra vida, nuestra verdadera vocación.