Decía Albert Einstein: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”
Pero claro, hacer siempre lo mismo, te mantiene dentro de esa zona en la que te sientes seguro, aunque siempre tengas la sensación de que te falta algo.
Siempre puedes mantenerte en esa queja cuando las cosas no salen como tu esperabas, sin saber que en lo que habías depositado tus esperanzas era pura expectativa.
Siempre puedes culpar a los demás cuando algo no sale bien.
Pero, ¿ no es esa una actitud de víctima en la que te refugias y te permite no asumir toda la responsabilidad de todo aquello que haces ?
¿ Y si giramos la tortilla ?
El único responsable de todo cuanto haces eres tu. La intervención de todo lo externo, no deja de ser una reacción ante una acción tuya. Entonces bajo esta premisa, la culpa y la queja desaparecen. Tu eres el único responsable de todo cuanto ocurre en tu vida, directa o indirectamente.
Pero … ¿ podré vivir sin quejarme ?, ¿ podré vivir sin culpar a nadie ?, y ahí es cuando das un paso más, porque te das cuenta que existe una adicción a ese victimismo que te permite quejarte y culpar a los demás.
Pero como nos dice Inmaculada Izquierdo en las formaciones de la Escuela de arte Terapéutico, “detrás de una actitud de víctima hay una actitud de verdugo”, y es ahí donde comienza tu verdad, esa verdad en la que dejas de mirar a lo externo y te centras en ti, para ver tu parte verdugo, esa parte que el Ego no permite ver muchas veces. Esa parte que puede costar tiempo encontrar hasta que no logras burlar a un Ego que se defiende, con excusas y justificaciones. Pero solo en el momento en que eres capaz de verte, eres capaz de ver tu parte verduga, y el daño que hayas podido causar con esa actitud, comienza un camino de transformación, de cambio en ti mismo, en el que tu simple cambio, real, sentido, porque nunca has de hacerlo desde la mente, sino que este ha de hacerse desde el corazón, te permitirá ese giro energético, que por simple física cuántica, hace que todo tu entorno también pueda girar.
Pudimos observar esto en el encuentro en Lourdes “Alas de Mariposa”, en el ciclo de formaciones de la Escuela de Arte Terapéutico, y empiezas a sentir la magia de la que eres portador, cuando comienzas a tomar la responsabilidad de todas tus acciones y eres capaz de transformar unas sombras que puedes ver desde tu conciencia actual, y de las que no tienes que avergonzarte, porque en su momento no lo supiste hacer de otra manera.
Este es el verdadero cambio, y solo con tu cambio podrás cambiar tu entorno y así, como mínimo cambiará tu mundo.