Hablamos de miedos internos, de resistencias. Nos creamos barreras, nos decimos que ver lo que no queremos ver nos da pánico.
Hablamos de negación o de tener claro lo que no queremos en nuestra vida.
Agradecimientos: Escuela de Arte Terapeútico e Inmaculada Izquierdo por mostrarme que se puede "vivir de otra manera"
Hablamos de negación o de tener claro lo que no queremos en nuestra vida.
Pero ahí seguimos muchas veces. Inmersos en la personalidad, esa que se sigue queriendo erigir en la protagonista de esta vida. Incluso habiendo comenzado ese camino hacia una espiritualidad muchas veces mal entendida.
Cuando lleguemos a comprender que el alma nos permite jugar a nuestro antojo, dejándonos estar, desde la espiritualidad más elevada, hasta nuestra ignorancia más atrevida, podremos vislumbrar allá a lo lejos, que para el alma no existe el tiempo ni el espacio.
Que hasta el libre albedrío, es la excusa de una personalidad que no acaba de rendirse al alma, pero que no deja de esconder esa falta de valor para accionar y dar el paso que "sabemos" que hemos de dar cuando somos conscientes del mensaje del alma, porque lo hemos "sentido".
Y llegamos entonces a "conectar" con una conciencia, esa de la que somos portadores, esa que no se aprende, porque "sabe" que lo único que hemos de hacer es tomar consciencia de la misma, y que nos exige en muchos casos, desaprender todos esos conceptos que aprendimos y que interpretados sólo desde la personalidad creemos que distorsionan y complican aún más nuestra experiencia en la Tierra, hasta que comprendemos que eso que interpretamos como "complicación", forma también parte de la experiencia.
Recuperar la inocencia y la transparencia de ese niño que todos llevamos, simplifica toda esa madeja, porque todo es mucho más sencillo, cuando te muestras tal cual eres. Sin esas máscaras que aprendiste a ponerte porque creías que servían para protegerte y lo único que han hecho ha sido esconderte y alejarte de poder sentir.
Así hemos aprendido a construir nuestra personalidad, y así nos hemos ido alejando de nuestra naturaleza salvaje...
Esa en la que la libertad no hace falta que nos expliquen lo que es, porque la sientes.
Esa en la que desde la humildad te reconoces y te rindes.
Esa en la que respetas, porque empiezas respetando lo que eres.
Esa en la comprendes, porque tu también formas parte de todo.
Esa en la que agradeces esta forma física, porque es la única desde la que puedes sentir desde los cinco sentidos en expansión, cuando traspasas el raciocinio que te te lo impide.
Solo la Fe, te permite traspasar el vacío de esa frontera tan sutil entre lo visible y lo invisible.
Agradecimientos: Escuela de Arte Terapeútico e Inmaculada Izquierdo por mostrarme que se puede "vivir de otra manera"